Las proteínas de insectos son, en promedio, más digeribles (76-98%) que las proteínas de origen vegetal, como el maní y las lentejas (52%), y solo un poco, menos digeribles, que las proteínas de origen animal, como la carne de res y el huevo lanco (100%) .
Los insectos, tienen metabolismos altamente eficientes, tienen tiempos generacionales cortos y son una fuente de alimento muy nutritiva y saludable.
Consumo de insectos en la alimentación humana
Surge la entomofagia, que se refiere al consumo de insectos en la alimentación humana, cuya práctica se da en muchos países del mundo principalmente en países de Asia, África y América Latina.
Habitualmente, el consumo de insectos complementa la dieta de aproximadamente 2.000 millones de personas.
Los insectos comestibles pertenecen a las órdenes Coleoptera (escarabajos), Hymenoptera (hormigas, abejas), Orthoptera (saltamontes y langostas) y lepidópteros (orugas), siendo el 20% restante Hemiptera (Insectos verdaderos, áfidos), Isoptera (termitas), Diptera (moscas) y otros.
Los insectos, son muy eficientes en la conversión de alimentos por ser de sangre fría, y sus tasas de conversión alimento carne pueden oscilar ampliamente en función de la clase de animal y las prácticas de producción utilizadas, pero, en cualquier caso, los insectos son extremadamente eficientes.
En término medio, los insectos pueden convertir 2 kg de alimento en 1 kg de masa de insecto, mientras que el ganado requiere 8 kg de alimento para producir 1 kg aumento de peso corporal.
Proteínas de insectos alimenticios
Los insectos alimenticios más comunes, son los saltamontes, quienes constituyen el 13% del total de insectos comestibles, los cuales tienen un contenido proteico que puede llegar a casi 800 g / kg en base seca con alta digestibilidad, además, contiene aminoácidos esenciales como lisina y leucina.
La cría de insectos no es necesariamente una actividad en tierra y no requiere desmonte deforestaciones para expandir la producción. Debido a que son de sangre fría, los insectos son muy eficientes para convertir el alimento en proteína (los grillos, por ejemplo, necesitan 12 veces menos alimento que el ganado, cuatro veces menos pienso ue las ovejas, y la mitad de pienso que los cerdos y pollos de engorde para producir la misma cantidad de proteína).
Harina de grillo
En el mundo existen más de 1.900 especies de insectos comestibles, cifra variable de acuerdo con los estudios que se van realizando. La mayoría de estas especies son tomadas del medio natural.
Según los datos disponibles, los insectos más consumidos son los escarabajos (coleópteros) (31%), las orugas (lepidópteros) (18%) y las abejas, vispas y hormigas (himenópteros) (14%). Les siguen los saltamontes, las langostas y los grillos (ortópteros) (13%), las cigarras, los fulgoromorfos y Salta hojas, las cochinillas las chinches (hemípteros) (10%), las termitas (isópteros) (3%), las libélulas (odonatos) 3%), las moscas (dípteros) (2%) y otros órdenes (5%) .
Los insectos son consumidos de forma entera, triturada o como harina, esta última orma de preparación es la más utilizada para adicionar en alimentos para humanos y en dietas para animales. En todos los casos los insectos deben purgarse con el fin de eliminar el contenido fecal, que es amargo en muchos insectos, como en el grillo.
Es ecomendable dejarlos en un recipiente ventilado, del que no puedan escapar, con verdura fresca durante 24 horas. Después se lavan con abundante agua y se secan.
Para matarlos se utiliza el frío (congelador 15-20 minutos) o el calor (agua hirviendo unos instantes) (Zaragozano, 2018).
Una manera muy fácil, según los expertos, de comenzar a consumir insectos es reparar harina con ellos y utilizarla como se utilizaría la harina normal en cualquier plato.
La harina se obtiene a partir de la cría de insectos, y el proceso a seguir sería el de: crianza, selección, deshidratación, tostado y por último pulverización. En cualquier caso, lo más probable es que se sienta natural repugnancia ante un plato no habitual, de sabor y textura desconocidos.