Muchos buscan alimentos, bebidas y nutracéuticos para ayudar a estimular el sistema inmunológico. Incluso la inmunidad de la piel es una preocupación cada vez mayor para los consumidores.
Una deficiencia de nutrientes individuales puede alterar la respuesta inmune del cuerpo. Los estudios en animales han encontrado que las deficiencias de zinc, selenio, hierro, cobre, ácido fólico y vitaminas A, B6, C, D y E pueden alterar las respuestas inmunitarias. Estos nutrientes ayudan al sistema inmunitario de varias maneras: funcionan como antioxidantes para proteger las células sanas, apoyan el crecimiento y la actividad de las células inmunitarias y producen anticuerpos. Los estudios epidemiológicos encuentran que aquellos que están mal alimentados corren un mayor riesgo de contraer infecciones bacterianas, virales y de otro tipo.
Estrategias de vida saludable para su sistema inmunológico
- Hacer ejercicio regularmente: los expertos recomiendan al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana.
- Dieta saludable y balanceada con alto contenido de frutas y verduras
- Mantener un peso saludable: La mejor manera de perder peso es llevar una dieta sana y equilibrada y hacer más ejercicio.
- Obtener un sueño de calidad: establezca un horario y una rutina para dormir y practique una buena higiene del sueño.
- Reducir el estrés: incluya actividades en su vida diaria que lo ayuden a manejar el estrés.
- Dejar de fumar: si fuma, puede obtener apoyo para ayudarlo a dejar de fumar.
- Beber alcohol solo con moderación: limite la cantidad de alcohol que tiene en la casa o limite la cantidad de vasos/botellas que bebe.
- Tomar medidas para prevenir infecciones: esto incluye lavarse las manos con frecuencia y distanciarse socialmente.
Suplementos de apoyo a la inmunidad
Además de las prácticas de comportamiento y estilo de vida mencionadas anteriormente, se recomienda usar los siguientes suplementos con moderación para ayudar a mantener el funcionamiento óptimo de su sistema inmunológico.
Las vitaminas, como la vitamina C, pueden ayudar a prevenir infecciones virales, bacterianas al actuar como un antihistamínico y antiinflamatorio natural. La vitamina D, uno de los nutrientes más importantes para fortalecer el sistema inmunológico, puede reducir el riesgo de resfriados y gripe. La vitamina A, cuando se usa a corto plazo, puede ayudar a respaldar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, especialmente infecciones respiratorias.
El zinc puede ayudar a reducir la cantidad de infecciones y la duración del resfriado común cuando se toma dentro de las 24 horas posteriores al inicio.
El selenio es un nutriente clave para la función inmunológica y se obtiene fácilmente de alimentos como la nuez. El selenio también es un antioxidante, que fortalece las defensas del cuerpo contra bacterias, virus y células cancerosas.
La miel es buena para aliviar el dolor y la inflamación menores de las membranas mucosas, como las de la nariz y la boca, y tiene propiedades antioxidantes y algunos efectos microbianos. Además, es útil para la tos y el dolor de garganta y se puede agregar al té o al agua caliente con limón.
El ajo, el extracto de ajo envejecido y otros suplementos de ajo pueden reducir la gravedad de las infecciones respiratorias virales superiores y funcionan para prevenir las infecciones virales del resfriado común.
Los probióticos contienen “bacterias buenas” que apoyan la salud intestinal e influyen en la función y regulación del sistema inmunológico. También pueden disminuir el número de infecciones respiratorias, especialmente en los niños.
Otros ingredientes para ayudar a fortalecer la inmunidad
Los Beta-glucanos estimulan la actividad contra el ataque viral, con disminución de los síntomas del resfriado y la gripe y de las infecciones del tracto respiratorio superior en comparación con el placebo.
Se ha demostrado que una variedad de especies de hongos ayudan con la función inmunológica de muchas maneras. Algunos hongos medicinales incluyen Shiitake, Lion’s Mane, Maitake y Reishi.
La Berberina se encuentra en las raíces, los rizomas y la corteza del tallo de varias plantas. Se ha demostrado que este compuesto natural tiene propiedades antivirales y antiinflamatorias.
El sulforafano tiene potentes propiedades antiinflamatorias y antivirales. Se puede producir en el cuerpo en pequeñas cantidades al comer algunas verduras crucíferas o en cantidades más terapéuticas al consumir suplementos dietéticos que contengan glucorafanina y la enzima mirosinasa.
Estudios han demostrado que la baya del saúco tiene propiedades que parecen ayudar a combatir los virus.
El Betacaroteno proporciona una fortificación con vitamina A y exhibe fuertes propiedades antioxidantes.
La luteína es un carotenoide y un nutriente con propiedades antioxidantes que juegan un papel clave en el apoyo a la salud ocular y cerebral. Se obtiene de la flor de caléndula (Tagetes Erecta), lo que lo convierte en un aditivo natural que brinda importantes beneficios para la salud, incluido el filtrado de longitudes de onda de luz azul dañinas de alta energía para ayudar a proteger y mantener las células saludables en el ojo.
Un sistema inmunológico fuerte reforzará su cuerpo contra enfermedades como los resfriados y la gripe. También puede ayudarlo a recuperarse de una lesión y mantener alto su nivel de energía.
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